Ya se utilizaron en los Juegos Olímpicos de Río. El entrenador del Recoletas Atlético Valladolid, Nacho González, analiza las modificaciones más significativas del reglamento

La nueva Liga Asobal que arranca el próximo 10 de septiembre tendrá varios cambios de reglas que la Federación Internacional de Balonmano (IHF) ya ha implementado desde los pasados Juegos Olímpicos de Río. El Recoletas Atlético Valladolid lleva trabajando toda la pretemporada para adaptarse a esta nueva normativa, que recoge algunos cambios que pueden variar mucho la forma de jugar de los equipos.

El entrenador del equipo vallisoletano, Nacho González, analiza estas reglas y avisa que alguna puede producir cambios significativos en algunos aspectos del juego. “La normativa es la que es y hay que adaptarse lo mejor posible a ella y sacar el mayor provecho que podamos. Los equipos que mejor y más rápido se adapten obtendrán un pequeña ventaja sobre el resto”, comenta el técnico.

Los cinco cambios normativos más importantes son los siguientes:

Cambio del portero. Si un equipo juega sin portero, se permite un máximo de 7 jugadores de campo al mismo tiempo en el terreno de juego. A partir de ahora cualquier equipo puede jugar con 7 jugadores de campo sin necesidad de llevar un peto. Cualquiera de los siete jugadores podrá cambiarse para que salga a pista el portero, pero nunca un jugador de pista podrá ponerse en la posición de portero. Si lo hace habrá siete metros a favor del rival.

“Esta norma afectará mucho al desarrollo normal del balonmano. La regla que más cambiará el juego. Adaptarse a ella requiere mucho tiempo de entrenamiento y de adaptación. Ya llevamos un mes trabajando en ello. Hemos visto en los Juegos Olímpicos de Río que ha habido equipos que sacaron provecho  de estas situaciones especiales y otros no tanto, vimos más goles de portería a portería”, analiza Nacho González.

Jugadores lesionados. En caso de una lesión, los árbitros pueden dar permiso para que dos personas que están autorizadas a participar entren en el terreno de juego durante un tiempo muerto, con el propósito específico de asistir a un jugador lesionado de su equipo. Tras recibir asistencia médica en el terreno de juego, el jugador deberá abandonar el campo de inmediato. Sólo podrá reingresar al mismo tras el tercer ataque de su equipo.

Sin perjuicio de la cuenta del número de ataques, el jugador podrá reingresar al terreno de juego cuando se continúe el partido, tras el final de un descanso. Si el jugador vuelve al terreno de juego demasiado pronto, será sancionado con dos minutos.

Esta última regla de tres ataques se deshace en caso de que un jugador haya sido lesionado por un comportamiento irregular de un jugador adversario y este haya sido sancionado con ello o si es el portero al recibir un balonazo en la cara. De esta manera, se intenta evitar que los jugadores finjan para detener el ritmo del encuentro.

“Esta norma de los lesionados puede crear muchas dudas. Puede ser que la lesión no esté provocada por una acción del juego, pero te van a quitar a un jugador durante tres ataques”, comenta el entrenador del Recoletas Atlético Valladolid.

Juego pasivoCuando los árbitros hagan la advertencia de juego pasivo con el brazo levantado, el equipo que ataca tendrá como máximo seis pases para intentar lanzar a portería.

Si el equipo atacante no lanza a portería tras un máximo de 6 pases, se señala un golpe franco en contra de ese equipo. La decisión de los árbitros acerca del número de pases es una decisión que se toma basándose en su observación de los hechos
Si un tiro libre es otorgado al equipo atacante, el número de pases no es interrumpido. Si un lanzamiento es bloqueado por el equipo defensor, el número de pases no es interrumpido. Si el equipo defensor comete una falta después del sexto pase pero antes de que los árbitros hayan pitado el juego pasivo, esta infracción dará lugar a un tiro libre para el equipo atacante. En este caso, el equipo atacante tiene un pase adicional para completar el ataque, además de la posibilidad de un tiro libre directo.

“Soluciona en parte el problema del pasivo. Sigue siendo subjetivo que el árbitro levante el brazo para advertir del juego pasivo, pero después hay sí hay ahora un criterio objetivo para pitar pasivo. Nos tendremos que adaptar pero en general puede ser positivo”, dice Nacho González.

Último minuto. Los árbitros castigarán con mayor dureza las infracciones de los jugadores durante los últimos 30 segundos del partido y del final de los tiempos de una prórroga.

“Es un cambio dentro de una norma, pero no es grande. Es más importante que en caso de que haya alguna acción de tarjeta roja se puede señalar 7 metros en vez de golpe franco, ya hay una sanción mayor”, explica el entrenador.

Tarjeta azul. Esta tarjeta servirá para saber si la tarjeta roja descalificante irá acompañada de informe escrito o no. De esta manera los espectadores conocerán antes de finalizar el encuentro la gravedad de esa tarjeta roja y sus posibles consecuencias.

“Este es un cambio que servirá para todo el mundo sepa lo que ocurre. Es un tema informativo para el espectador más que normativo”, concluye Nacho González.